Para mí la fotografía es una forma de recordar, de poder hacer perdurar en el tiempo que una vez fuimos pequeños. Cómo eran nuestros padres, nuestros hijos, cómo sonreían en aquellos momentos y poder volver a ellos en un abrir y cerrar de ojos. El tiempo pasa rápido y a veces ni siquiera somos conscientes de todo el tiempo que ha pasado y todo lo que hemos cambiado.
A mí la fotografía siempre me ha transportado a los momentos donde la tomé, me hace recordar las sensaciones que tuve un día de verano, lo feliz que estaba en ese momento o incluso lo triste. Para mí la fotografía es una catapulta emocional al pasado.
En las sesiones de fotografía de familia captaremos juntos esos momentos, de forma natural, para que estén siempre estén con vosotros y podáis volver a ellos sólo con ver una fotografía.
En esta sesión de fotos Alba y Celia juegan, en uno de los pueblos más bonitos de España, Candelario (Salamanca) a donde van todos los veranos. Ahora ya ha pasado un poco de tiempo y son algo más mayores, pero este recuerdo se queda con ellas, con su familia y conmigo.